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jorgito

Marionetas austrohúngaras

Los pretendientes a la Corona Italiana, a ostias: Las bolsas se desploman. Los primeros ministros europeos, reunidos de urgencia. Roma, paralizada por los enfrentamientos.

Me sabe malo titular esto "marionetas austrohúngaras". Porque es un título evocador, que provoca cariño, incluso una pequeña melancolía. Recuerda a Marcel Carné, al maestro Berlanga, a nuestra infancia, la que vivimos y la que intuimos, a la infancia de muchos otros..... Y estos, desde luego, no evocan nada decente. No sólo el Saboya y el Aosta. La monarquía en general.

Es un buen colofón a la opereta bufa que se montaron los Borbones. Si algo ha tenido de bueno esta boda, es que ha dejado a la monarquía en su sitio. Se ha visto que, excepto los estúpidos expertos en ese ridículo, carente de decencia y de sentido común protocolo, que ahora aparecen por todos lados, nadie puede tomarse en serio algo como la boda del principe. Uno se la puede tomar a cachondeo. Reirse del Hannover, (incluso identificarse con él), reirse de los trajes. Reirse de estos dos payasos a bofetadas, viviendo en su pequeño mundo, soñando memeces como que en Italia volverá a haber monarquía, o que le importan a alguien (da más risa eso que las bofetadas). De opereta. Pero el resto no se puede tomar en serio. Es un esperpento, en el peor sentido de la palabra.

En realidad, estos no llegan ni a opereta bufa, se quedan en teatrillo austrohúngaro de marionetas. Vomitona de la historia que nos ha tocado. Siempre con disimulos, engañándonos.

Aún recuerdo la noche del 23 F -la nombro porque siempre hay quien habla de Juan Carlos como el salvador de España esa noche-. Para cuando el rey salió por la televisión, ya casi había verbenas por la calle, todo el mundo sabía que el golpe había fracasado. Entonces, nos dicen, es que no tuvo tiempo antes, porque estaba ocupado parando el golpe. Anda que........

Si hubiera salido a los 5 minutos del infame levantamiento, entonces sí que se había acabado el golpe. Y siempre así. Todo lo que se dice a favor del Borbón, nos lo tenemos que imaginar. Los hechos dicen lo contrario, pero se da como asunto demostrado que, menos mal al Rey, que si no.......siempre por supuesto con rumores, de muy buena tinta, etc. Pero siempre como cuestión de fe. Siempre.

Esta semana, Vicenç Navarro, nos refresca la memoria en las páginas de opinión de El País: el 18 de Julio de 1978, la Casa Real publicó la siguiente nota: "Hoy se conmemora el aniversario del Alzamiento Nacional, que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el Ejército, escuela de virtudes nacionales, y a su cabeza el Generalísimo Franco, forjador de la gran obra de regeneración"..

Y no hablamos del 75. Ni del 76. Hablamos de 3 años después de la muerte del dictador, (tres). Cuando millones de españoles luchaban por la democracia, y se dejaban la piel en ello. No unos pocos. Millones.

Después, cuando no quedó más remedio, porque las circunstancias lo exigían, varios años después de la muerte del sátrapa, la casa real cedió. Hace muchos años que esto ya nos lo susurró al corazón Lampedusa con una obra maestra: "El Gatopardo". En estos tiempos, no está de más releerlo. Siempre es un placer hacerlo, por otra parte.

Y encima ahora tenemos que oirnos que tenemos democracia gracias al Rey. No a los españoles que lucharon, no a los que se dejaron la vida, no a las madres, no a los padres, a los hijos, a los abuelos, a las ansias de libertad de un pueblo. No. Fue el Rey. Quien lo puede dudar. Y por supuesto dicho así como con el tonillo del empleado pelota cuando habla del purito que le ha dado el jefe mientras aprovecha para darle por el culo: fíjate lo buena persona que es Don Juan Carlos, que nos ha regalado la democracia, oye, y que ha contado un chiste, qué campechano es.....

Y oyes la radio, y los lameculos se multiplican. Grandes demócratas indignados porque no se quién fue con falda larga, pobre Rey que falta de respeto, el sagrado protocolo, qué disgusto para Doña Sofía. O dando la razón al protocolo que dejó fuera de la boda a la madrastra de la novia, donde se ha visto, por Dios, ni que fuéramos luteranos, o anglicanos, o algo peor, Virgen Santa, qué pinta esa ahí. Con dos cojones.

Y no hablo sólo de la COPE. Ni del ABC, ni La Razón. Ha habido muchos más, en la SER, en El País, en muchos otros sitios. Qué asco.

1 comentario

Txuri -

muy bueno!!! bravo! se puede decir más alto, pero no más claro. En 30 años de Borbón aún no le hemos visto. Siempre con rumores, de que si esto menos mal que intervino el rey, que si lo otro. Pero aún no lo hemos visto. Y la invasión actual de meapilas y lameculos horteras, como tu dices, es aterradora.