Blogia
jorgito

una pequeña preocupación..............

Esto lo cuento aquí, que parece que si la gente se entera de lo tonto que soy, se ve uno más obligado a tener cuidado y a entrar en razón. Así como el que va a dejar de fumar, que lo primero que te dicen que hay que hacer es contárselo a todo el mundo, para que te pueda la presión social.

Estoy preocupado por el tremendo tortazo que me pegué con la bici el otro día. Caí de cabeza, rompí el casco. Me duele el cuello y el costillar.

No me preocupa la caida. De hecho, aún me hice 30 kilómetros hasta volver a casa, y desde entonces la he vuelto a coger todos los días. Si estás siempre por el monte o con la bici, antes o después te haces algo. Me preocupa que a mis años siga siendo tan tonto como un crío.

Iba solo con la bici de montaña. Siempre suelo salir solo. Eso tiene sus riesgos. Lo que no puede ser es que con 36 años, encima de ir solo, me ponga a hacer el imbécil.

Me había hecho unos cuantos kilómetros, y había pasado por un tramo de muchísimo barro. Llevaba las ruedas atascadas. Y de pronto, en el culo del mundo, veo una bajada muy trialera con un saltito, que bajaba hasta una pista. Eran unos 30 metros de bajada, muy pronunciada, monte a través, así como por una canalera que el agua había hecho en la tierra. Por la pista de abajo no pasa nadie desde hace años, (excepto los mozos de Almudévar cuando vuelven a casa ciegos desde Huesca, para que no les hagan soplar), y por la trocha de arriba por la que iba yo, ni hablamos: para quien conozca la Hoya de Huesca, estaba en las montañas desérticas que hay entre Torres Secas y Almudévar.

Aquí hago como los niños. Les dices: “no toques eso, que te quemarás!!!”. Y ellos, como si una fuerza superior les obligara, poco a poco van acercando la mano. De pronto la apartan, pero esa fuerza les vuelve a obligar. No pueden contenerse. Es superior a sus fuerzas. Hasta que al final se queman.

Pues yo igual. Había calculado que las posibilidades de aterrizar de morros eran muy altas, así que decido irme. Pero me paro. Decido irme. Pero me paro. Como un crío, no puedo evitarlo. Bajo. Llego al saltito a trompicones, hay más pendiente de la que pensaba, estoy al límite de volcar hacia adelante. Los frenos fallan un poco con el barro que llevan, y me bloquean la rueda. Se me hunde la suspensión delantera, con lo que, debido a la pendiente, la bici se coloca casi en vertical, y yo salgo literalmente volando por encima del manillar. Y me meto una castaña que rasgué el casco. Si llego a perder el conocimiento, aún me están buscando, era imposible que nadie me viera allí. Por mucho que buscara mucha gente. Además, nadie sabía que estaba por esa zona. Podrían haberme buscado por Barcelona perfectamente. Y hasta 2 días después no se habrían enterado.

Pero se ha acabado el hacer el gilipollas. Al menos mientras vaya solo. A ver si de una vez por todas dejo de hacer malabares y estupideces cuando voy solo y nadie sabe donde estoy. Además, mi cuerpo ya no encaja igual de bien los tortazos que cuando era más joven.

1 comentario

petalo -

alaa pobreteeee... jo y yo con el otro casco en mi poder, que mal!! pobrecito!! ayayayay ten cuidado que nos tienes que llegar sano y salvo a Ibiza ehhhh!!!! Un besitooooo